Jueves 25 de Abril de 2024

27 de octubre de 2015

Qué pasó en El Calafate el día que murió Kirchner

Las primeras noticias, el impacto en toda comunidad. La vigilia, la misa multitudinaria y el dolor por no poder despedirlo. Un repaso de aquel 27 de octubre de 2010 en su “lugar en el mundo”.

Ese día amaneció con cielo casi totalmente despejado. Era como un feriado más, como hoy. Pero por otro motivo: era el día del Censo Nacional de Población y Hogares 2010, y se recomendó a todos los vecinos que permanezcan en sus casas hasta que pase el censista.

Una tropa de voluntarios se preparaba en la escuela primaria Nº 9 para iniciar la jornada censal. Afuera un par de colectivos esperándolos para llevarlos a los barrios más lejanos (foto).

El Calafate se despertaba lentamente, como en un día feriado. Un fuerte choque ocurrido en la madrugada en la esquina de Av. Libertador y Ernesto Leman, alertó a este cronista, que fue al lugar a obtener imágenes.

De regreso a la escuela Nº 9, por la calle Héctor Mario Guatti cuando en la esquina del Hotel Los Álamos, se cruzó con una ambulancia que rápidamente circulaba por Bustillo en dirección al hospital Formenti. Pegadas al móvil sanitario, tres camionetas de alta gama a toda velocidad.

La ambulancia se detuvo en la dársena del área de guardia. Cuando se abrieron las puertas inmediatamente bajó la Presidente Cristina F. de Kirchner, con grandes anteojos negros, acompañando la camilla donde desde lejos, se adivinaba la figura del ex Presidente, Néstor Kirchner.

Otra vez en El Calafate. Cinco años y medio antes, en la Semana Santa de 2014, el entonces Presidente de la Nación, había ingresado a esa misma guardia, por una afección gástrica.

Al ver ese cuadro inmediatamente FM Dimensión y Ahora Calafate montaron una transmisión de emergencia y comenzaron a difundir las primeras noticias a traves de flashes informativos.

La primera información era que el diputado nacional y presidente de la UNASUR había tenido dos infartos y se debatía entre la vida y la muerte. Después se supo que fue uno solo, fulminante.

La trágica confirmación no tardó en llegar. Junto a mi colega Sergio Villegas y nuestro querido y recordado Raúl Miño, afrontamos el dificil momento de informar que Néstor Kirchner había fallecido. Juan Saromé era el operador que nos sacaba el aire.  

Alrededor de las 10 hs el primer anuncio por la radio, que minutos después fue confirmado por fuentes del Hospital “Dr. José Formenti”.

La noticia dio paso a la conmoción, la consternación en esta comunidad. Y se desparramó en minutos a cada rincón del país y del mundo. Murió Néstor Kirchner en El Calafate

Los censistas golpeaban la puerta de las viviendas, y atendían hombres y mujeres visiblemente impactados por la novedad. Muchos con lágrimas en los ojos. Perplejos por lo que acababan de escuchar en la radio y después ya en la tele.

Muchos ni esperaron a ser censados. Salieron a la calle. Sentían la necesidad de ir a algún lugar y comentar con el otro, compartir con el otro el trance de de lo que estaba ocurriendo

En los primeros minutos varios vecinos fueron hasta la puerta del hospital, donde ya estaba el Intendente Belloni y otras autoridades locales. El tránsito por la calle Bolívar (donde estaba la guardia del hospital) se cerró por varios minutos.

Otros se fueron hasta la casa particular de la familia Kirchner donde (después se supo) ya el ex Presidente había sido atendido por el equipo médico presidencial durante varios minutos, antes de decidir el traslado al hospital.

En las cercanías de la residencia se montó un operativo para resguardar la intimidad. Personal de Gendarmería y Prefectura se apostó en las inmediaciones, donde la gente ya empezó a manifestar con carteles el profundo pesar.

La actividad en el aeropuerto “Cte. Armando Tola” cobró un ritmo como nunca, desde que Néstor Kirchner lo había inaugurado como Gobernador, casi 10 años antes (17 de noviembre de 2000).

Funcionarios nacionales arribaron en aviones oficiales o alquilados para estar junto a Cristina Fernández en el momento más duro de su vida.

Mientras tanto se confirmaba que el cuerpo del ex Presidente iba a ser trasladado al día siguiente con destino a Buenos Aires.

En la Municipalidad el ir y venir de funcionarios y vecinos también era incesante, en medio de la consternación. El gobernador Daniel Peralta y gran parte de su gabinete llegaron desde Río Gallegos.

A la tarde comenzó a convocarse a una misa, que se haría a las 20 hs, ya no en la Parroquia, sino enfrente de ella, al aire libre. El párroco de El Calafate, Carlos “Lito” Álvarez, quien había acompañado a la familia Kirchner en todo momento, fue el encargado de oficiarla, junto al padre Marcelo Quiroga.

Ya por entonces, los grandes medios de televisión, radio y prensa escrita habían enviado corresponsales, que recogían el testimonio de vecinos y llevaban las imágenes de una localidad sumida en la sorpresa y la tristeza.

La misa popular fue particularmente conmovedora. Quien estuvo allí no la olvidará jamás. Los rostros desencajados de vecinos, el silencio solemne de la multitud, las lágrimas, el prolongado aplauso del final

“Amigos, militantes, compañeros, ciudadanos. Todos estamos acá con una enorme tristeza, y también con una enorme gratitud. A él y a su compromiso con nuestro país, y muy especialmente con Santa Cruz, y El Calafate particularmente”, comenzó diciendo el Padre Lito en la misa de 40 minutos de duración.

“Gracias Lupin en nombre de muchos y muchas. Tu paso por la vida y por la historia no fue inútil. Tiene mucho sentido”, terminó diciendo el sacerdote, tras lo cual se levantaron las velas que cada vecino llevaba encendida.

Al final se improvisó un altar en la vereda de la Iglesia, donde la gente depositó sus velas al pie del cuadro con la foto de Néstor Kirchner.

Entre muchos vecinos quedaba aún la esperanza de poder despedir los restos del máximo líder santacruceño. No pudo ser. En medio de la madrugada el cortejo fúnebre partió raudamente desde la residencia particular hacia el aeropuerto.

El cuerpo de Néstor Kirchner partía hacia Buenos Aires y ya nunca más estaría en suelo calafateño. Pero su presencia perdura en la memoria de miles de vecinos. Los más allegados, los que compartieron algún acto, alguna reunión política o los que apenas lo cruzaron una vez  en alguna de sus caminatas matinales por la costanera que hoy lleva su nombre.

 

Cronica: Guillermo Pérez Luque (Ahora Calafate)

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