La paciencia de las voluntarias de TAMA parece estar llegando a su punto límite, frente al creciente número de perros que sigue llegando al Hogar y al mismo tiempo la cada vez mayor cantidad de animales sueltos en la vía pública, sumado a la falta de apoyo estatal.

A través de una carta abierta a la comunidad, la protectora de animales de El Calafate describió un complejo panorama de la actualidad de esta problemática, en donde a pesar de los esfuerzos, sigue proliferando la población canina.

TAMA está conformada por un grupo acotado de voluntarias. La asociación se creó “para ayudar a los perros en situación de calle y hacer campañas de concientización”, afirman. “Tarea que resulta imposible debido al tiempo que demanda sostener la tarea de un refugio u hogar funcionando, sin recibir subsidio económico”.

Los 130 animales que están en el Hogar TAMA Glaze son mantenidos exclusivamente por la iniciativa de la protectora. Cerca de 40 kilos de alimento consumen diariamente los perros, lo que representa un gasto de unos 14 mil pesos mensuales, solo de comida. A ello debe sumarse la compra de productos de limpieza y desinfección, y los gastos veterinarios.

Todo esto es conseguido gracias a ferias de comida, de ropa, sorteos y otras actividades que realizan. Como también el aporte de empresas, comercios, vecinos e inclusive el de las propias voluntarias, que además de su tiempo, deben sacar plata de su bolsillo frecuentemente.

En agosto de 2014 se firmó un convenio tripartito entre el Municipio, Nación (a través del programa Pro Tenencia) y TAMA. En la tercera clausula del convenio rubricado, se detalla que el Municipio “será el responsable del mantenimiento del edificio y de los animales que transitoriamente allí se hospeden, respecto a su aseo, vacunación, alimentación y estado sanitario”. 

Por su parte la Asociación protectora se comprometía a “organizar jornadas de adopción con el objetivo a que lo animales hospedados en el hogar de tránsito no permanezcan en él durante largos períodos”.

Sin embargo las funciones actuales en el refugio hogar están desvirtuadas. TAMA no recibe el comprometido apoyo estatal. El Municipio solo paga como monotributista a una integrante de la asociación, que se encarga de la alimentación e higiene de los perros. TAMA afronta el pago de un joven que ayuda con las tareas diarias.
Frente a este panorama y el hecho de que la población canina sigue creciendo, es que la protectora está anunciando el recorte en sus funciones. 

“Ya no recibiremos animales, no hay voluntarios, no hay espacio físico, los gastos de alimentación veterinaria y limpieza los solventamos con lo recaudado y donado por la comunidad. Los casos de animales que surjan en situación de calle serán asistidos con pedido de ayuda a la comunidad, no llevados al Hogar”, afirman. 

En la carta abierta resaltan que “La decisión es que TAMA deje de funcionar dando en adopción a todos sus animalitos en tránsito y cerrar definitivamente. TAMA se convirtió en un depósito de animales hacinados y si continua  existiendo este hogar, la problemática no cesará”, remarcaron.