Viernes 19 de Abril de 2024

OPINIÓN

3 de septiembre de 2017

Apuntes Ciudadanos: P B T

Alejandro Rojo Vivot (1) en esta oportunidad nos habla como el humor es una actividad que está en todos los momentos de nuestra sociedad en los distintos temas. De esa forma nos acerca PBT Semanario Infantil Ilustrado (Para niños de 6 a 80 años). HUMOR, POLÍTICA Y AFINES LXXXV

FOTO: ARV TAPA REVISTA P.B.T.BUENOS AIRES, 25 DE SEPTIEMBRE DE 1909

 

“Lo más valioso del chiste: la consecución del placer que el mismo trae consigo”. [2]

 

Sigmund Freud (1856-1939)

 

Toda acción humana tiene un fin, un propósito, sea explícito o implícito, consciente o inconsciente. Quien genera algo busca un impacto, a veces, fácilmente medible y otras de difícil apreciación en cuanto a las consecuencias en alguna instancia.

El humor es una actividad de los individuos racionales donde interviene, particularmente, la inteligencia de los que participan como emisores y receptores; nunca es unidireccional salvo que sea autoplacentera.

La libertad es fundamental para el ejercicio del humor, de ahí que los autoritarios reniegan del mismo como si fuera un poderoso enemigo armado hasta los dientes.

En Argentina, como en muchos otros países, desde los inicios del periodismo las publicaciones periódicas que incluyeron al humor son muchas con alto valor; algunas totalmente dedicadas en tal sentido y otras en sus tapas, en forma destacada como en algunas de sus páginas, siendo un ejemplo notable PBT, Semanario Infantil Ilustrado (Para niños de 6 a 80 años).

En 1904 fue fundada en Buenos Aires por el español Eustaquio Pellicer (1859-1937), que en 1898 había creado Caras y Caretas.

Entre los principales colaboradores estuvieron José Olivella Braña como los españoles José María Cao Luaces (1862 - 1918) y Manuel Mayol Rubio (Heráclito o Mayol) (1865-1929). Cada ejemplar, con formato de bolsillo (13 por 20 centímetros), fue de unas 160 páginas con tiras cómicas o historietas, fotomontajes, caricaturas e ilustraciones humorísticas que reflejaban la actualidad política de ese entonces: el federalismo, la diplomacia nacional, los conflictos laborales, los fraudes electorales, las guerras en el mundo, los adelantos de la ciencia, la inseguridad al orden del día, etcétera. Tan sólo ha pasado una larga centuria y los problemas se mantienen o se agravaron.

El popular poeta, con extraordinario dominio del lunfardo, Julio Segundo Canata (1883-1913), con una ilustración donde se observa a un personaje citadino explicándole a un hombre con chambergo y pañuelo al cuello, apreciándose un cartel: “SE COMPRAN LIBRETAS[3] :

“Ya cerró la inscripción; / y, resulte un mal o un bien, / no ejercerá el voto quien / no figure en el padrón. [4] /

Habrá tachas a montones, / por cuanto algunos caudillos / han inscripto en conventillos / de varias circunscripciones, [5] /

Centenares de nonatos / y centenares de muertos. / Para sufragar los ʻinjertosʼ [6]/ no faltan los ʻinquilinatosʼ. [7]/

Luego, irán a sufragar / las almas del Purgatorio, / aunque a los muertos Tenorio [8]/ no vuelva a resucitar. / (…)

Tiempos quizá insuperables, / para los que van viviendo / en el furioso ʻcrescendoʼ/ de las pensiones graciables. /

Y para los que en malón / se lanzan, -legión dantesca,- / soñando acaso en la pesca / de alguna diputación. / (…)

Si a la Sociedad Rural / el vice imitar quisiera, / y una exposición abriera / de la política actual; /

seríamos los primeros / en admirar, por las trazas, [9] / como mejoran las razas, / principalmente en carneros”. [10] [11]

 

[1] La Editorial Dunken, Buenos Aires, en 2016 publicó la tercera edición del Libro DisHumor, del que es co autor 

[2] Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Tomo I. Página 1042. Madrid, España. 1973.

[3] Único documento válido para votar en ese entonces: libreta de enrolamiento.

[4] Para evitar parte del generalizado fraude electoral.

[5] Votantes móviles.

[6] Nuevos en el lugar, en situación de alta vulnerabilidad social: inmigrantes rurales y extranjeros.

[7] Similar a los conventillos; viviendas colectivas, por lo general una pieza por familia, con servicios sanitarios comunes, con hacinamiento y promiscuidad, rentadas con alto dividendos para los propietarios. Siguen existiendo en las mismas condiciones.

[8] Posiblemente se refiere al personaje de Don Juan Tenorio (1844) del poeta y dramaturgo español José Zorrilla y Moral (1817-1893).

[9] Aspecto de una persona; despectivo.

[10] Agravio con que se califica al que no se pliega a una huelga, incidiendo negativamente en la misma. Con frecuencia se lo emplea para desacreditar al compañero que sostiene una idea estratégica distinta, aunque al que traiciona a un grupo de pertenencia.

[11] Canata, Julio Segundo. Actualidades. PBT. Año VI, N° 253. Página 92. Buenos Aires, Argentina. 25 de septiembre de 1909.

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