Viernes 29 de Marzo de 2024

29 de octubre de 2017

Apuntes Ciudadanos: LOS NEGOCIOS SON LOS NEGOCIOS

Cuando el humor se utiliza de una manera distinta, Alejandro Rojo Vivot (1) nos acerca una novela del escritor brasileño Jorge Leal Amado de Faria para entender algunos "negociados". HUMOR, POLÍTICA Y AFINES XCIII

FOTO: ARV REVISTA CARAS Y CARETAS, BUENOS AIRES, 16 DE JULIO DE 1908

 

 

“Examinemos ahora si tal placer puede ser atribuido al ahorro del gasto psíquico. En un grupo de estos chistes (los juegos de palabras) consistía la técnica en dirigir nuestra atención psíquica hacia el sonido de las palabras en lugar de hacia su sentido, y dejar que la imagen verbal (acústica) se sustituya a la significación determinada por relaciones con las representaciones objetivas”. [2]

 

Sigmund Freud (1856-1939)

 

En la novela de Jorge Amado, ante el intento de demolición, a la fuerza y arbitrario, base de un mega negociado inmobiliario, de las viviendas empleadas por mujeres que ejercen la prostitución, para construir un lujoso barrio, las inquilinas comienzan una huelga indefinida generando una gran controversia; la situación se agrava con la llegada de buques en maniobras internacionales:

“-Son miles de marineros, pagan en dólares ¿lo pensaron? (...)

Nada menos que tres navíos de guerra de la escuadra americana en maniobras por el Atlántico Sur llegaban a Bahía y se demorarían algunos días anclados en el puerto. Miles de marinos sueltos por la ciudad, todos en la zona tirando dólares, buscando preservativos. (...)

-¿Y si ampliamos un poco el negocio? –insinúa el detective Dalmo.

-¿Ampliarlo de qué manera? ¿No vas a querer salir a vender higos y berimbaus por la zona, no? Eso es cosa de la gente del Mercado, no vale la pena.

El comisario no advirtió a donde quería llegar el detective experto en la lucha contra las drogas y los estupefacientes.

-¿Y quién habló de higos y berimbaus? Yo hablo de algunos cigarrillos...

-¿Cigarrillos? -Peixe Caçao hace un enorme esfuerzo para entender y creer haber entendido: -Ah, ya sé. ¿Quiere decir cambiar mujeres por paquetes de cigarrillos americanos, no? También es un buen negocio, los cigarrillos americanos dan plata segura. Yo conozco dónde se pueden colocar.

Evidentemente, no se debe esperar de Peixe Caçao un razonamiento veloz y brillante, en cambio el comisario es un hombre inteligente y experimentado. El detective se limpia el sudor, baja la voz:

-Yo digo cigarrillos de marihuana.

-¡Ah!

En silencio piensa en la propuesta. Vender por la calle, usar el mismo equipo de los preservativos y de los afrodisíacos, no puede ser. Es una mercadería que exige un comercio discreto, un negocio más serio y complicado. No puede discutirse en el bar, un local público. El comisario se levantó:

-Vamos a salir de aquí. Tenemos que estudiar esto con calma.

Poniéndose de pie, Peixe Caçao le grita al propietario:

-Anotá allí gallego.

Pequeñas ventajas de los que cuidan la moral y el orden público. ¡Ah! Miles de marineros. De tan contento que está Peixe Caçao hasta tiene ganas de bailar. Al salir casi tira a un cliente que entraba y se siente tan satisfecho que se ríe en la cara del infeliz:

-¿No le gustó? A ver, hágame un pasito usted. (...)

¿Dónde mejor podría vivir Nicolau Peixe Caçao sino en la división de Juegos y Costumbres, imponiendo la ley y prohibiendo el vicio?

Era uno de los pequeños tiranos de la zona, le sacaba plata a las celestinas y proxenetas, a los patrones y patronas de las residencias y pensiones, a los dueños de los cabarets y bodegones. Tomaba y comía gratis, elegía la mujer con que quería dormir, amenazaba y perseguía. Pobre de la que rechazara una invitación de Peixe Caçao, pagaría caro su atrevimiento. (...)

Comparado con Peixe Caçao, el detective Dalmo (coca) García es un maniquí, un dandy. (...) A pesar de la juventud y la elegancia, el detective era considerado el peor de los dos, las reacciones de quien aspira cocaína son imprevisibles. (...)

En cuanto al comisario Labao Olivera, lo mejor es no meterse a profundizar en su carrera muy movida, extensa y asustadora. A pesar de que su sueldo bastante modesto había enriquecido. (...)

Sin la protección de Exu hace rato que Baba habría ido a parar al otro mundo, rodeado como vive de envidia, codicia y traición. Mucha gente tiene el ojo puesto en su dinero.

Inclusive gente de la policía. A pesar de que paga religiosamente sus mensualidades al comisario Labao y a un regimiento de tiras, inventan pavadas para explotarlo. Los policías no tienen palabra ni honradez”. [3]

 

[1] Expositor en la “6° Jornada Nacional de Derechos Humanos para Personas con Discapacidad”. Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Senado de la Nación. Buenos Aires, Argentina. (1999). 

[2] Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Tomo I. Página 1095. Madrid, España. 1973.

[3] Amado, Jorge. Teresa Batista cansada de guerra. Editorial Losada. Quinta edición. Páginas 417, 418, 419, 420 y

427. Editorial Losada. Buenos Aires, Argentina. 10 de octubre de 1974.

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