Viernes 19 de Abril de 2024

OPINIÓN

25 de marzo de 2018

Apuntes Ciudadanos: PARTIDO ÚNICO

En esta columna, Alejandro Rojo Vivot (1), nos acerca como el humor es algo universal que existe en todas las culturas de la humanidad y como algunos sistemas politicos quieren dar un pensamiento único. HUMOR, POLÍTICA Y AFINES CXIV

FOTO: ARV. REVISTA CARAS Y CARETAS. BUENOS AIRES, 16 DE ENERO DE 1904

 

 

“Según Spencer, la risa es un fenómeno de la descarga de excitación anímica, y constituye un prueba de que el empleo psíquico de tal excitación ha tropezado bruscamente con un obstáculo”. [2]

 

Sigmund Freud (1856-1939)

 

Peter Ludwing Berger en su tratado sobre “la dimensión cómica de la experiencia humana” apuntó: “El humor –o sea, la capacidad de percibir algo como gracioso- es universal; no existe ninguna cultura humana que carezca de él. Al mismo tiempo, lo que la gente considera gracioso y lo que hacen para suscitar respuestas humorísticas varía enormemente de una época a otra y de una sociedad a otra. Dicho de otro modo, el humor es una constante antropológica y es históricamente relativo. No obstante, más allá o por debajo de todos los relativismos, existe algo que se supone que el humor percibe. Este algo es, justamente, el fenómeno de lo cómico (que, por decirlo así, es el correlato objetivo del humor, que sería la capacidad subjetiva). Desde sus expresiones más simples hasta las más complejas, lo cómico se experimenta como una incongruencia”. [3]

Por lo menos, los sistemas políticos verticalistas y personalistas, basados en la imposición social a rajatabla de un pensamiento único, declarado unilateralmente por unos pocos, a la corta o la larga, se convierten en absurdos insostenibles por lo que se recurre a las persecuciones y violencia en sus más diversas manifestaciones de absolutismo.

El político y novelista Chinguiz Aitmátov (1928-2008), de entretenida y ágil lectura, con exquisita ironía compuso una inteligente ficción donde, entre luces y sombras, describió el violento autoritarismo político de unos pocos en nombre de todos, aunque nunca fueron consultados: “No; la idea de Bostón no salía adelante. Al principio todos se mostraban de acuerdo –sí, está bien pensado, es sensato asignar unas tierras fijas, para que los chabanes se sientan dueños de ellas y también lo sepan los hijos, todos los miembros de la familia y trabajen juntos en su tierra-; pero basta que cualquier vigilante especialista local en economía política preguntara si no sería eso un atentado a los sacrosantos principios del socialismo, para que todos dieran inmediatamente marcha atrás, dijeran lo contrario de lo que habían dicho y se empeñaran en demostrar lo que no necesitaba demostración. Nadie quería ser sospechoso de herejía. Y tan sólo Bostón Urkunchíev, un pastor ignorante, seguía machacando lo suyo en casi todas las reuniones del sovjós [4] o del distrito. Lo escuchaban, le admiraban y se reían: ʻClaro, Bostón podía decir todo lo que se le antojara sin temor que le quitaran su puesto o le echaran a perder la carrera. ¡Menuda suerte tenía! Y todas las veces que era criticado desde el punto de vista político, en particular por Kochkorbáev, el secretario de la organización del Partido del sovjós, típico empollón [5] con diploma de la Escuela del Partido de la región. Las relaciones entre ese Kochkorbáev y Bostón tenían casi anecdótico. Con cargo en el sovjós, Bostón no había logrado poner en claro si fingía ser ingenuo pedante –lo que le daba probablemente ciertas ventajas- o si lo era en realidad. Tenía la piel lisa y las mejillas coloradas de eunuco; siempre atildado, con corbata, [6] siempre con aire de ocupado y algún  portafolio en la mano -¡habían tantos asuntos que atender!-, caminaba de prisa y hablaba de prisa, como si leyera lo que decía. A veces pensaba Bostón si también en sueños hablaría como si leyese algo escrito”. [7]

 

 

[1] Expositor en el “Congreso Nacional sobre Conciencia Social y Rehabilitación”. Fundación VITRA. Salón del Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. (1990). 

[2] Freud, Sigmund. El chiste y su relación con el inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Tomo I. Página 1111. Madrid, España. 1973.

[3] Berger, Peter. Risa redentora. Editorial Kairós. Página 11. Barcelona, España. Febrero de 1999.

[4] Explotaciones rurales estatales creadas mediantes confiscaciones violentas, que económica y socialmente fracasaron generando una alta escasez de alimentos y acentuaron el grave déficit comercial del Estado soviético.

[5] Quién sobresale como estudiante más por su empeño que por su inteligencia; aquí está dicho en forma despectiva.

[6] El relato sucede en un pueblo rural de la estepa soviética, donde la mayoría de los habitantes subsisten en condiciones muy rigurosas en cuanto al clima y el acceso a los servicios básicos.

[7] Aitmátov, Chinguiz. El calvario de Abdías. Planeta. Páginas 243 y 244. Barcelona, España. Enero de 1988.

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