FOTO: ARV. REVISTA FRAY MOCHO. BUENOS AIRES, 4 DE NOVIEMBRE DE 1924

“El pensamiento busca el ropaje chistoso porque por medio del mismo se recomienda a nuestra atención y puede parecernos más importante y valioso, pero ante todo, porque tales vestiduras sobornan y confunden a nuestra crítica”. [1]

Sigmund Freud (1856-1939)

El humor político posee riquísimas y, en principio, inagotables fuentes que le inspiran asiduamente con renovada fuerza.

A veces, el humor muy válidamente se manifiesta elementalmente mediante un chiste directo pero, también, a través de procesos con claros y sombras donde la inteligencia está desarrollada con mayor enjundia por lo que es necesaria mayor atención en aras de alcanzar la sonrisa.

Peter Ludwing Berger señaló “tanto las similitudes como las diferencias entre la realidad de los sueños y la de lo cómico resultan evidentes de inmediato. Basta comparar un sueño con un chiste que tenga ciertas connotaciones de ensueño, por ejemplo”. [2]

Una de las consecuencias más nefastas en la historia de la humanidad de decisiones políticas es, sin duda, la guerra.

Apelamos a la ficción literaria (1993) observando el planteamiento irónico de corrupción en tal sentido que se mantiene a través de las centurias hasta, por lo menos el Siglo XXI.

“Nuestra Ta-Meri [3] está acosada por una hueste de enemigos, y sin embargo los hijos de nuestros nobles prefieren rebanarse los pulgares antes de empuñar la espada para protegerla. –Mientras pronunciaba estas palabras, Tanus miró directamente a Menset y a Sobek, los hermanos mayores de Lostris, sentados en la segunda fila junto al padre de ambos. El decreto real sólo eximía del servicio militar a aquellos con una incapacidad física que los inhabilitara. Los sacerdotes [4] cirujanos del templo de Osiris habían perfeccionado el arte de seccionar la última articulación del pulgar con poco dolor y escaso peligro de infección, de manera tal que la mano quedara imposibilitada de empuñar la espada o manejar la cuerda del arco. Los jóvenes caballeros se jactaban con orgullo de sus mutilaciones mientras jugaban o brindaban en las tabernas de la orilla del río. Consideraban que ese dígito faltante no era una señal de cobardía, sino de sofisticación y de espíritu de independencia.

-La guerra es el juego que practican los viejos con las vidas de los jóvenes –les había oído decir a los hermanos de Lostris-. El patriotismo es un mito concebido por los viejos bribones que quieren arrastrarnos a ese juego infernal. Que ellos luchen todo lo que les dé la gana, pero nosotros no queremos tener parte alguna en ello. –En vano les había recordado yo que el privilegio de ser ciudadano de Egipto implicaba deberes y responsabilidades. Ellos hacían oídos sordos a mis palabras con la arrogancia de los jóvenes e ignorantes”. [5]