Jueves 28 de Marzo de 2024

25 de agosto de 2016

Rafael Lim en una ultra trail con lluvia y barro en Chile

El atleta ultra maratonista de El Calafate participó de la 1era Edición del Frontera Trail que se corrió con base en la ciudad chilena de Temuco. Lim terminó en el puesto 40° de la general corriendo para el equipo Espíritu Patagonia. La crónica de la carrera en primera persona para AHORA CALAFATE

Viajé a Temuco con grandes expectativas, luego de 3 vuelos desde El Calafate - Buenos Aires – Santiago – Temuco, y sólo con comentarios de “algo de lluvia y un poco de barro”; sin saber bien con qué me iba a encontrar.

Los 60K de Frontera Trail sería mi 9na ultra. Luego de haber decidido que corriendo sería la forma de encontrarme  a mi mismo, y de esa manera poder empujar un poco más lejos mis límites.

Hace unos años que mi vida cambió. Para mí, estas carreras en las que compito no son sólo carreras. Cada ultra trail que afronto, es un gran desafío. Porque yo no soy un atleta de elite. Soy de esos que luchan para ganarle al horario de corte.

Es así como Frontera Trail terminó siendo un tremendo desafío. Desafío del cual sólo había visto videos que la organización daba a conocer. En la mayoría, con César Montoya Bustos (organizador) corriendo rápido por esos bosques hermosos de Temuco. Por lo que me imaginé que el barro que me había comentado semanas atrás, sólo sería en pequeños tramos. Él ya me había invitado a correr a una de sus carreras (Sendero de los Volcanes, en Marzo 2016), pero por el calendario de carreras (en Abril correría Ultra Fiord 100M), le tuve que decir que no. Y para un corredor como yo (uno del pelotón de atrás), es un lujo y privilegio que te inviten a correr. No podía decirle que no otra vez. Por eso unas semanas después de correr los 141K de Ultra Fiord, comencé a preparar esta carrera.

Hasta el domingo 14 de Agosto, y luego de correr las 2 ediciones de Ultra Fiord, pensaba que conocía lo que era correr en el barro; ese día, me di cuenta que no era así.

Gracias a Enzo, Claudia, Francisca & Jorge, grandes amigos que me dio la montaña, la noche anterior pude descansar unas horas en una cama. Y esa madrugada a las 05.00AM estaba en la línea de salida de Frontera Trail, para mí, una de las ultras más difíciles de terminar.

Aunque los primeros kilómetros los corrimos en total oscuridad, y sólo con la luz de nuestros frontales, fueron bastante “amigables”. El barro y el agua no me intimidaron tanto, aunque hubo tramos bastante difíciles por la lluvia de la noche.

A medida que el tiempo transcurría, y la luz del día nos iluminaba los senderos, también nos acompañaba la lluvia. A cada paso, el terreno se hacía cada vez más pesado. Pero encontrar caras conocidas en esos senderos (con quienes corrí varias de las ultras anteriores) y poder compartir cuestas, barro y bosque, fue muy bueno.

Pero las horas, el barro, la lluvia y el cansancio tal vez del viaje, me golpearon fuerte esta vez. Fue en el km 30 que comencé a sentir una extraña sensación de angustia. Habían pasado 6h30’ de carrera; y sólo me quedaban otras 3h30´para poder llegar al Punto de Corte (Yo pensando que era en el km50). Y viendo el mapa de altimetría de los siguientes 15K, dibujado en mi dorsal, no era muy alentador.

A esa altura ya era todo barro. Y comencé a quedarme de a poco. Mi ritmo no era el mismo de hacía unos minutos atrás. Estaba muy lento, y tampoco el circuito permitía apretar un poco más. Todo se tornaba trabado, con muchos troncos caídos que enlentecían mucho el avance. En ese momento me alcanzó Alejandro Moya, un corredor de Santiago, con quien hablar me hizo muy bien. Y fue hablando con él, mientras compartí unos sándwiches que había preparado la noche anterior, que tomé fuerzas para “volver a la carrera”. “Si, vamos que llegamos Rafael” me dijo; y a los pocos minutos comenzábamos otro ascenso fuerte. Alejandro fue quien me dio un poco más de aire, porque tenía la información de que el Punto de Corte era en el km45, y eso me levantó el ánimo un poco.

Ya en el km35, aparecía una luz de esperanza, aunque el mapa asustaba por la montaña más alta que debíamos subir. Recuerdo que nos extraviamos al perder de vista las cintas, pero logramos volver al sendero y continuar con fuerza un tramo con mucha lluvia.

Ya estando arriba, comenzó caer más fuerte, lo que hizo esa etapa muy dura. Parecía que la lluvia, que en ese momento (ya era un diluvio), no iba a parar, y el Punto de Corte no aparecía. Hasta pensamos que lo habían trasladado de lugar, porque en el GPS de Alejandro ya marcaba más de 48K. Pero a los pocos minutos, vimos el puesto que se movía de un lado al otro por el fuerte viento.

Ahí nos abastecimos y al intentar salir, el “Encargado del Puesto” nos retuvo unos minutos y preguntó por Handy a Sofo (Salida y Meta) ya que estaba en duda si podíamos continuar (por la incesante lluvia, el viento y la poca visibilidad) “Sofo…Sofo…aquí Volcanes, pregunto horario de corte en Mirador de los Volcanes!”

“…grrhhhh…10hs de carrera, grrhhh 15 hs en Volcanes”

“Si señores, están dentro del horario de corte”

Luego de ese punto, corrí con alegría. Había dejado atrás las horas de angustia. Hasta llegar a un camino en descenso de barro casi “letal”. Ese tramo no fue nada fácil. No voy a olvidarlo.

Llegar a la meta después de 12hs, y habiendo superado estos 60K de FronteraTrail, me hizo volver a entender que dentro de mi debilidad, se esconde mi fuerza. Y que las imágenes fuertes de los momentos más duros de mi vida, están vivas. Y algunas de ellas, las volví a escuchar.

Hace unos años comencé este proyecto, #BuscandoMiMejorVersión, y entendí que no es otra cosa que vencer mis propios miedos.

Cuando llegué a casa después de 3 días de viaje desde Temuco; les conté a Marce (su esposa) y a los chicos, de mis horas de angustia por no poder avanzar más rápido y de cómo traté de ganarle al horario de corte por miedo a no poder traer la medalla. Pablito (uno de sus hijos) sólo me dijo:

"No importa Pa, yo te hacía una" Pablito.

Mis agradecimientos a las Estancias de Calafate, a Marcela por diagramar la logística (genia), y a las empresas La Lechuza, Los Chimbotes & Restaurantes Casimiro por el gran apoyo.

 

 

 

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