En el verano prevén quitar unos 300 animales vacunos salvajes de la zona de Bahía Onelli, dentro del Parque Nacional Los Glaciares.

La estimación es la realizada por Gabriel Ullua, particular que mantiene un acuerdo con Parques Nacionales para quitar vacas y toros salvajes de una de las áreas afectadas.

Vacunos y equinos se reproducen en estado salvaje en varios puntos de este parque nacional, como resultado del no retiro de ejemplares que quedaron de la actividad ganadera durante las primeras décadas del siglo pasado, cuando se creó el parque nacional.

Parques Nacionales quiere quietar esos animales porque no son autóctonos, causan daño al medio que se debe proteger y para evitar de que existan accidentes con turistas, que se si bien se ubican en sectores alejados, algunos deambulan por sectores donde las excursiones lacustres realizan desembarcos y caminatas.

El acuerdo de entre Ulloa y la Administración de Parques Nacionales (APN) tenía que ejecutarse ese año, pero se hizo a medias.

En una entrevista con el programa radial Turno Mañana de FM Dimensión, Ulloa explicó que integraba una sociedad con la que se comenzaron a realizar las acciones logísticas para producir el quite de animales en pie.

En julio la sociedad se modificó porque el empresario Daniel Padula vendió su parte a un empresario que las mismas autoridades de parques nacionales le presentaron a Ulloa, de nombre Cristian Shaeffer.

Explicó que en el mes de agosto se realizó la captura y encierro de unos 47 animales pero que luego debieron ser soltados, porque su socio no cumplió con la inversión necesaria para el armado de una estructura que es requerida para transportar a los animales arriba de una embarcación que le es alquilada a una empresa de la zona.

Ullua conoce el trabajo y la zona. Una década atrás hizo la misma labor para la Universidad de Lomas de Zamora con la extracción de 140 animales, cuando los profesionales se vieron interesados por la genética de esos animales.

“La de bahía Onelli es la zona mas difícil de montañas altas, donde el caballo no resiste. Es empinada. Hay que hacerlo de a pie. Se enlaza el animal y se lo lleva hacia la costa. Son manzotes”, explicó el baquiano.

Ullua recordó que décadas atrás hubo experiencias en El Calafate para comercializar la carne de esos vacunos.

“Tiene un sabor diferente por la alimentación. Es un animal muy saludable, pero tiene mas fibra y menos carne. Pensamos en hacer algo así pero no se puede porque en El Calafate no hay frigorífico ni matadero”, siguió contando.

El no poder comercializar la carne en la zona y el interés de criaderos por la genética de esos animales hacen que  los animales sean sacados vivos del parque nacional para ser vendidos.

La APN es dueña de la jurisdicción donde están los baguales, pero no los considera de su propiedad por no ser autóctonos, por lo que acuerda otorgar permisos de extracción, bajo ciertas normas, y que el particular se quede con la propiedad de los ejemplares.

Ullua dice que hay criaderos que están interesados en la compra de unas 200 vacas y vaquillonas.
“Entre febrero y marzo vamos a empezar a sacar. Yo quiero llegar a unos 300 animales”, comentó.