2 de enero de 2017
Reapareció una plaga que amenaza el arbolado urbano

Las coníferas del Paseo del Bosque están seriamente afectadas por un ataque combinado de un pulgón y un hongo, que es mortal sino se lo trata a tiempo. Hace 11 años se dio un hecho similar que mató varios pinos. Se realiza un prolongado tratamiento inyectando productos químicos.
Un pulgón y un hongo amenazan fuertemente las coníferas (pinos, tullas y cipreses) del centro de El Calafate, poniendo en riesgo la vida de varios ejemplares, algunos de ellos muy añosos y de gran porte.
Las condiciones de temperatura y poca humedad son una combinación propicia para la propagación de estas plagas. “Hemos visto que ha habido un resurgimiento de una plaga que afecta a coníferas. Este año se ha dado una explosión que está haciendo desastres en estas especies”, dijo en FM Dimensión el ingeniero agrónomo Julio Cabana.
El ataque es combinado. Un pulgón muy pequeño se mete debajo de la corteza de las coníferas y succiona la savia de la planta. Pero la situación se complica por la aparición de un hongo (Fusarium) que aparece en la “herida” producida por el insecto.
La combinación es muy dañina y llega a ser letal, sino se realiza el tratamiento. Cabana explicó que consiste en realizar agujeros con una mecha en el perímetro del tronco, y a una altura de entre 1.5 y 2 metros. Dentro de los agujeros se inyectan productos químicos sistémicos, que circulan por toda la planta a traves de la savia, que mata al pulgón que la chupa.
Un antecedente de esta situación se registró hace 11 años en El Calafate Fue a comienzos de 2015, cuando la combinación afectó (y mató) a varios ejemplares.
“En el arbolado urbano esto es bastante serio” agregó Cabana., ya que el pulgón se esparce rápidamente entre las plantas cercanas.
Las ramas del árbol afectado se ennegrecen y las hojas se secan y caen. Finalmente el ejemplar termina muriendo con el consecuente riesgo de caída. La recuperación lleva varios años.
En el Paseo del Bosque, junto al Anfiteatro, hay 17 árboles (añosos y más jóvenes) que están infectados. Quien recorre la zona puede detenerse y ver las marcas en los troncos.
Uno de los empleados municipales a cargo del cuidado de ese espacio público fue capacitado por Cabana para realizar el tratamiento. Pero el esfuerzo debería ser mayor ya que la tarea requiere una continuidad en el tiempo. Deberían destinarse mayores recursos y personal para recuperar estos históricos árboles, que fueron plantados hace décadas por el Consejo Agrario Provincial cuando allí funcionaba su sede.
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