Ilustración: Logo Mundial Colombia '86

“También el factor ʻdesconcierto y esclarecimientoʼ nos hace penetrar profundamente en la relación del chiste con la comicidad. Kant (2) dice que constituye una singular cualidad de lo cómico el que no podemos engañar más que por un instante”. (3)

Sigmund Freud (1856-1939)

A veces, parte de la historia vista en perspectiva nos lleva a, por lo menos, sonreírnos como si estuviéramos frente a una humorada.

Las pujas, en algunas escenas cómicas, nos hacen reír con mayor intensidad cuando los buenos y malos buscan lo opuesto o emplean medios distintos para alcanzar la misma meta. También cuando todos dicen querer lo mejor, como en las campañas electorales.

Más allá de que las monarquías tienden a desaparecer o, casi seguramente, menguarse en descréditos y por sus altos costes a cargo de los contribuyentes, existen todavía periodistas que denominan Rey al fútbol; posiblemente sean rémoras y estereotipos o poco análisis crítico.

“La idea la sembró Alfonso Senior, (4) uno de los dirigentes más célebres del fútbol colombiano. (5) (…)

En mayo de 1974 se celebró una asamblea de la FIFA en donde el directivo persuadió a otras autoridades de que Colombia podría albergar alguna vez una Copa del Mundo.

El lobby se hizo efectivo en el Mundial de Argentina 1978. (6) La propuesta convenció a las federaciones y a la cúpula de la FIFA, liderada por el brasileño Joao Havelange. (7) El anuncio se hizo público. La emoción alcanzó al pueblo y al presidente colombiano, Misael Pastrana. (8) ʻEstoy altamente satisfecho. Creo que se cumple una vez más lo que tantas veces he manifestado y es que cuando el país se fija metas y se empeña, las logra. (9) Quiero congratular a todos los que pusieron su dinámica acción para lograr este propósito. Y desde luego el reconocimiento del país al Comité, que en forma tan unánime lo señaló para un evento que incuestionablemente dentro de los eventos deportivos tiene una especial significaciónʼ, celebró el mandatario. (10) (…)

Mientras todos los presidentes mantuvieron vivo el uso populista de la designación, la realidad (11) se volvió impostergable. Colombia no tenía recursos, administración ni planificación para asumir la organización de tamaña cita mundialista. Y las promesas se demoraban. Se fundó la Corporación Colombia 86 para solventar las necesidades económicas sin la intervención del órgano estatal. Pero la idea de que el sector privado y la fusión de empresas financiaras el Mundial lentamente se fue derrumbando. El Santo Domingo y el Gran Colombiano, los dos grupos empresarios encargados de la financiación del evento, poco avanzaron. Havelange los desacreditó (12) y el Gobierno no tuvo reacción”. (13)