Foto: A. Rojo Vivot Tapa revista Rico Tipo, Buenos Aires, 4 de julio de 1951

“El proceso estimulado por el chiste en el oyente reproduce, en la mayoría de los casos, el que antes ha tenido en el autor”. [2]

Sigmund Freud (1856-1939)

Frecuentemente el humor transita por los bordes del inframundo de lo políticamente correcto, de las convenciones sociales tradicionales, de lo supuesto como válido aunque nadie lo fundamente con precisión, de las tautologías estereotipadas, [3] etcétera. Por eso, a veces, su lenguaje alude a meta mensajes para poder viajar en trenes rigurosamente vigilados [4] por los autoproclamados censores de lo correcto. El debate continúa.

El excelente dibujante humorístico José Antonio Guillermo Divito (1914-1969) fundó y dirigió la muy difundida y apreciada revista semanal Rico Tipo (1944-1972) alcanzando unos 350.000 ejemplares de tirada con 34 páginas, aún en la época del discrecional monopolio gubernamental para acceder al papel, en formato pequeño que permitía llevarla doblada en un bolsillo, tamaño que contribuyó a su popularidad en una época que la tendencia de las publicaciones periódicas y diarias era de tamaño sábana que, de alguna manera, complicaban su lectura en los atiborrados transportes públicos.

En la misma desarrolló extensamente su arte con la colaboración de otros prestigiosos humoristas: Oscar Conti Oski (1914-1979), Carlos Warnes (César Bruto, Napoleón Verdadero, etcétera) (1905-1984), Abel Ianiro (1919-1962), Pedro Seguí (1915-1988), Rafael Martínez (Pilo) (1916), etcétera.

Con frecuencia se recuerda a esta publicación como risueña y pasatista pero, observándola con detenimiento encontramos reiterados artículos laudatorios y personalistas que parecen algunas gacetillas oficiales con endeble rigor periodístico, describiendo como amanuenses [5] del poder de turno, un escenario político en donde no existen otros que piensan distinto, ninguneando a los demás partidos políticos, asociaciones comunitarias, medios de comunicación social, organizaciones del trabajo y la producción, periodistas, escritores, artistas, asalariados, profesionales, técnicos, docentes, jóvenes, etcétera. Por suerte eso quedó en el pasado siglo XX…

“REELECCIÓN

Día a día se renuevan las adhesiones a la obra de gobierno del general Perón. Los distintos gremios, entidades obreras, industriales, comerciales e intelectuales de todo el país hacen llegar sus pedidos para que el actual mandatario sea reelecto en los próximos comicios que renovarán todos los elencos gubernamentales y legislativos del país. La solidaridad popular, fiel reflejo de la fe y la confianza que las masas trabajadoras tienen en la política de la Nueva Argentina y que se hace extensiva a la magnífica obra de la esposa del presidente, contrasta rudamente con las maniobras extremistas, de desprestigio y difamación que un grupo de mal llamados argentinos, bajo la dirección de influencias extrañas, trataba de llevar a la práctica para crear, en momentos tan trascendentales para la vida nacional, un clima de confusión e intranquilidad que debilitara el prestigio del gobierno. Todos los trapitos sucios salieron a relucir al sol, y en estos momentos, así como es amplia y absoluta la solidaridad entre el pueblo y gobierno, es también total y absoluto el repudio hacia los que escudándose tras el calificativo de patriotas son los únicos enemigos de la patria”. [6]