Rodrigo Nardi Ríos, el formoseño que vivía en Santa Cruz hace 10 años, se encuentra desaparecido desde hace más de 4 meses. Y  hasta el momento no hay ningún rastro que permita darle esperanza a su familia, que vive en Pirané.

Desde allí su familia se encuentra desesperada y angustiada, y al mismo tiempo molesta con las fuerzas de seguridad y la Justicia, que no muestra interés en la búsqueda y no les informa si es que hay una investigación en curso y sus eventuales resultados.

Isabel Ríos es tía del joven de 35 años, a quien prácticamente crió desde los 13 años de edad, cuando murió su padre. La señora habló con FM Dimensión y detalló todos los inconvenientes y trabas burocráticas que tiene que enfrentar para que atiendan su caso.

Confirmó que el último contacto que se tuvo con él fue el 18 de marzo pasado, cuando Nardi Ríos se disponía a regresar a Formosa a bordo de un auto que había comprado recientemente. En el camino pensaba recorrer Bariloche y Córdoba para luego sí, ir a Pirané.  

Días después de perder el contacto con su sobrino, Isabel se presentó en la Policía Federal de Formosa, pero solo le tomaron una exposición. También le dijeron que vaya a un Juzgado provincial, donde después de escuchar toda la historia le dijeron que no era su jurisdicción. También estuvo en Gendarmería y hasta le dijeron que contrate un abogado en Santa Cruz para que tramite aquí su pedido.

La mujer mayor de edad, pensionada y de condición humilde, dice que no puede afrontar ningún gasto. Pero además cree que no le corresponde, y que las autoridades competentes son las que tendrían que atender su caso.

“A mí nadie me llama, nadie me viene a ver. No sé ya para dónde correr. Estoy desesperada y totalmente desahuciada. Me siento sola y no recibo nada de mi provincia”, reclamó angustiada. Y dijo que recién la semana pasada la Policía Federal de Formosa le tomó la denuncia formal. (ESCUCHAR AUDIO)

En el programa Radio Activa, la mujer dijo que mantiene contacto con los ex compañeros de trabajo de su sobrino, que era subdelegado de la obra que la empresa Austral realizaba en Tres Lagos (pavimentación de ruta).

Contó que los amigos apuntan sospechas hacia uno de los compañeros, el delegado, creyendo que él sabe algo más sobre Rodrigo. De hecho la tía contó que en los primeros días después de la desaparición esta persona se mostró muy pungida, pero brindó información contradictoria. Isabel aclaró que no tiene ningún dato concreto que permita sospechar y que recibió sugerencias de los ex compañeros para que se lo investigue.

Pero mas allá de esta situación, la tía es clara en su pedido de acción para investigar qué le pasó a su sobrino, y remarca sus temores de que el caso quede olvidado.

“Lo que yo temo es que, como él es solo y yo estoy sola, que encajone la causa y que Dios me ayude. Me quieren cansar. Pero yo a mi sobrino lo quiero vivo o muerto”, exclamó.

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