FOTO: ARV. REVISTA CARAS Y CARETAS, CONTRATAPA. BUENOS AIRES. 30 DE OCTUBRE DE 1937

“En los chistes de Lichtenberg es el nódulo intelectual, con mucha frecuencia, harto más valioso que el revestimiento chistoso, al cual extendemos indebidamente desde el primero nuestra valoración”. (2)

Sigmund Freud (1856-1939)

Con frecuencia, tanto en la política como los organizadores y quienes se benefician económicamente, a los Mundiales de Fútbol se le endilga en carácter de encuentro de representaciones nacionales que disputan un único trofeo.

De ahí las banderas, los himnos, la publicidad autóctona, la presencia de autoridades, etcétera.

Con cierta frecuencia se expresa en forma amañada que los deportistas profesionales son la patria encarnada y que fueron elegidos electoralmente para representar a los respectivos pueblos.

A veces, pareciera que es el ejercicio de la política por otros medios.

Todos son impolutos, por lo que la comprobación de lo contrario, por lo menos, genera una sonrisa propia de la vergüenza ajena.

“La Federación Saudí de Fútbol sacudió las noticas al anunciar una medida ejemplar hacia un árbitro: suspensión de por vida. Pero el hecho tomó trascendencia mundial porque ese árbitro es nada menos que el que había sido designado para representar al país en el Mundial de Rusia. Su nombre es Fahad al Mirdasi y fue hallado culpable de haber solicitado un soborno para ayudar a un equipo en un partido. (…)

En un interrogatorio ante el Comité, Al Mirdasi admitió haber solicitado dinero a los directivos del club Itihad, a los que ofreció ayuda para ganar la final de la Copa del Rey de Arabia Saudita.

El presidente de ese club, Hamad al Sauniya, denunció el caso antes de la final y envió a la Federación la conversación que mantuvo por Whatsapp con el árbitro, en la que el colegiado solicitaba el soborno. La Federación sustituyó a Al Mirdasi horas antes de la final, celebrada el pasado sábado y en la que venció el Itihad por 3-1 a Al Faisali.

Al Mirdasi ha arbitrado torneos internacionales desde el 2011. Entre ellos la Copa Confederaciones de Rusia de 2017 (dirigió a México contra Portugal, por ejemplo) y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016”. (3)

“Un ex político de la ciudad de San Petersburgo, quien fue detenido en el 2016, admitió que cometió actividades corruptas en la construcción de un estadio del Mundial de fútbol de Rusia 2018, que se jugará del 14 de junio al 15 de julio en once ciudades del país.

Según anunciaron las autoridades de la ciudad, el vicegobernador de San Petersburgo, Marat Oganessian, reconoció que malversó cincuenta millones de rublos (cerca de 850.000 dólares o 730.000 euros), consignó este jueves DPA. (4) Ese dinero iba a destinarse para la construcción de una pantalla gigante en el estadio Krestovski, con capacidad para 69.000 personas, y que albergará durante el Mundial varios partidos, entre ellos una semifinal.

El ex político, que fue detenido en noviembre del 2016 por sospechas de corrupción, se enfrentaría a una pena de prisión de hasta diez años.

La construcción del estadio fue noticia en repetidas ocasiones en los últimos años, ya que los costos se dispararon: se estima que se gastó 580 millones de euros cuando el precio original iba a ser de 100.

Además varios trabajadores murieron durante las obras y también hubo quejas sobre la calidad del césped”. (5)

¿Qué más podríamos agregar para representarlo como una farsa?