Miércoles 24 de Abril de 2024

OPINIÓN

20 de enero de 2019

Apuntes Ciudadanos: POLÍTICA Y HUMOR

Alejandro Rojo Vivot (1) aborda en su columna de hoy, la Política y el Humor y como se retroalimentan entre ellos donde las caricaturas juegan un importante instrumento para la crítica politica mediante el humor que aporta pero nunca es decisivo. HUMOR, POLÍTICA Y AFINES CLVIII

Ilustración: REVISTA EL BARBERO, SANTIAGO DE CHILE, NOVIEMBRE DE 1879

 

 

“Supongamos existente la aspiración a insultar a una determinada persona; mas al paso de esta aspiración salen el sentimiento del propio decoro y la cultura estética, con tal fuerza, que el insulto tiene que ser retenido, y si pudiera surgir mediante una transformación de la situación o del estado de ánimo, esta victoria de la tendencia insultante sería sentida después con displacer. Queda, pues, suprimido el insulto. Mas se ofrece la posibilidad de extraer un buen chiste del material de palabras y pensamientos que habían de servir para expresarlo, o sea una ocasión de extraer placer de otras fuentes distintas, cuyo acceso no está prohibido por la misma represión. Sin embargo, esta segunda conquista de placer no podría realizarse si el insulto hubiera de ser abandonado; más en cuanto éste es admitido, en su nueva forma expresiva, queda ligada también a él la nueva consecución de placer”. (2)

 

Sigmund Freud (1856-1939)

 

Con alguna frecuencia la política se sirve del humor para, también, llevar adelante su cometido, otras veces son los humoristas los que contribuyen al debate aportando sus respectivos puntos de vista.

Por caso, las caricaturas son y han sido instrumentos destacados para ejercer la crítica política mediante el humor.

El ensayista, poeta y crítico de arte francés Charles Pierre Baudelaire (1821- 1867) en su fundamental obra “Lo cómico y la caricatura” apuntó: “Para que exista comicidad, es decir, emanación, explosión, liberación de lo cómico, tiene que haber dos seres presentes; -que es especialmente en el que ríe, en el espectador, en el que reside lo cómico; -que sin embargo, en lo que respecta a esta otra ley de ignorancia, debe hacerse una excepción con los hombres que tienen la profesión de desarrollar en ellos el sentimiento de lo cómico y de sacarlo de sí mismos para diversión de sus semejantes, fenómeno que entra en la clase de todos los fenómenos artísticos que denotan en el ser humano la existencia de una dualidad permanente, la facultad de ser a la vez uno y otro”. (3)

La constante histórica, por la cual la perspectiva generada desde el humor político debe ser conocida y estudiada para comprenderla cabalmente y aventar, por ejemplo, simplismos interpretativos o atribuirles inmensos poderes que nunca han tenido ni en regímenes autoritarios o democráticos.

El humor político lejos está de ser patrimonio de una ideología, de un grupo partidario en particular, de una época, etcétera; los ejemplos son muchos que reafirman esta cuestión.

La oposición y el oficialismo, asiduamente, también trasladan al humor político sus debates, confrontaciones, denuncias, etcétera.

El tercero en cuestión, es decir, el lector, el espectador, etcétera, es el que elije reírse o no; el menoscabarlo ya que encuentra placentero apreciar lo expresado humorísticamente pues las opiniones o asuntos esgrimidos son poco convenientes a una postura determinada es una cuestión relativamente frecuente y se debe estar atento para justipreciarla cabalmente.

En los debates políticos a veces los sesgos son palpables, la verdad y la falsedad se intercambian con alguna asiduidad.

Los intercambios de opiniones políticas son en sí muy valiosos y contribuyen en mucho al desarrollo de las ideas.

El humor aporta pero nunca es decisivo, ni mucho menos.

 

(1) Expositor en la Tertulia Ciudadana “Cátedra Derechos Humanos y Participación Ciudadana”. OPPRAC y Universidad Arcis. Salón de Actos de la Universidad Arcis. Punta Arenas, Chile. 8 horas reloj. (2006). 

(2) Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Tomo I. Página 1105. Madrid, España. 1973.

(3) Baudelaire, Charles. Lo cómico y la caricatura. Visor. Páginas 50 y 51. Madrid, España. 1988.

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