Viernes 26 de Abril de 2024

OPINIÓN

3 de noviembre de 2019

APUNTES CIUDADANOS: ¿A CONTRAPELO?

HUMOR, POLÍTICA Y AFINES CLXXXIX. Por Alejandro Rojo Vivot

Por Alejandro Rojo Vivot [1]

“En la edad adulta la crítica que ha reprimido el placer de disparatar llega a adquirir tal fuerza, que no puede ser eludida, ni siquiera temporalmente, sin la cooperación de medios auxiliares tóxicos. El valioso servicio que el alcohol rinde al hombre es el de transformar su estado de ánimo; de aquí que no en todos los casos sea difícil prescindir de tal ʻvenenoʼ. El buen humor surgido endógenamente o tóxicamente provocado debilita las fuerzas coercitivas, entre ellas la crítica, y hace accesibles de este modo fuentes de placer sobre las que pesaba la coerción. Es harto instructivo ver cómo conforme el buen humor va imponiendo su reinado va disminuyendo las cualidades que del chiste se exigen”.[2]

 

Sigmund Freud (1856-1939)

 

El ser humano es el animal inteligente por excelencia que, frecuentemente, aprende de la experiencia a no tropezar dos veces con la misma piedra o romper el auto en un mismo bache aunque pague regularmente sus impuestos y tasas municipales.

Entonces, cuando la historia se reitera en innumerables oportunidades, conllevando desaciertos con graves consecuencias sobre todo en quienes menos tienen, es indicador de qué lejos nos encontramos de estar frente a la inteligencia.

Lo que también prueba es que necesitamos una buena cuota de valentía para elegir un presente distinto al generalizado en los siglos pasados.

Si la ficción nos retrotrae, con una pisca de humor, para la introspección ya es mucho.

“Para otra cosa, para algo que no nacerá de los partidos o de los viejos comités políticos ni de sus mitos caducos. Los viejos no engendran hijos, o es necesario ayudarlos para que lo hagan. Tenemos que buscar en otra parte. Desde hace cincuenta años en política no se ha descubierto nada nuevo. El marxismo muestra ya tantas arrugas como los otros sistemas o religiones y… más contradicciones. Pero en el terreno de la ciencia y de sus aplicaciones se opera la revolución permanente. Aquí, cada dos años, todo vuelve a ponerse en tela de juicio. Y la política está divorciada de la realidad, lo cual quiere decir que nos precipitamos a la destrucción si la política no logra acomodar su paso a la evolución técnica del mundo. (…)

Ambrosi había aprendido junto a Prouvèze los primeros rudimentos de la política y la manera de tratar a ese animal que se llama elector, que sólo es interesante un día cada cuatro o cinco años, pero que en modo alguno debe ser la preocupación constante y esencial de su elegido.

Ambrosi era fiel y seguro, pero a veces se preguntaba si su fidelidad no se debía a falta de imaginación o a su resistencia a aceptar las complicaciones que siempre comporta una nueva elección. Una vez riendo, Prouvèze le había dado este consejo:

-En política si juegas siempre la misma carta, por fuerza tendrá que salir alguna vez. (…)

-Ah, es el señor que está en el gobierno. ¡Ah, si Batiste pudiera alguna vez llegar a ser funcionario! ¡Tiene todas las condiciones para serlo!

-Quieres decir que es holgazán, jugador de cartas, narrador de sus propias hazañas, y que prefiere el cuello de una botella al mango de un pico.

-¿Por quién brindaremos esta noche? ¿Por la imbecilidad de todos los que gobiernan en el mundo y se creen inmortales porque disponen de la vida y del destino de los demás?

-No tenemos ni alcalde ni cura. Esos se han tapado muy bien con colchones y mantas para no oír nada. [3]

 


[1] Autor del libro “Aquel. Humor en pocas palabras”. Editorial Dunken. Buenos Aires, Argentina. (2017).

[2] Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Tomo I. Página 1100. Madrid, España. 1973.

[3] Lartéguy, Jean. Caballo de fuego. EMECÉ. Páginas 149, 150, 154, 155, 211, 257, 268. Buenos Aires, Argentina. Marzo de 1980.

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