Domingo 5 de Mayo de 2024

OPINIÓN

19 de julio de 2015

Apuntes Ciudadanos: Cloacas: Realidad y Ficción

Esta es la 5ta y última columna de opinión sobre este tema de Alejandro Rojo Vivot (1), donde continúa profundizando sobre un tema candente en nuestra comunidad y que es noticia como sucedió esta semana.

Foto: A. Rojo Vivot tapa urbana antigua de Obras Sanitarias de la Nación

Una alcantarilla es un cínico. Dice todo.

Esta sinceridad de la inmundicia tiene algo de bueno y alivia el alma. Cuando se ha vivido teniendo que soportar el espectáculo de la grande importancia que se arrogan en la tierra la razón de Estado, el juramento de la sabiduría política, la justicia humana, la probidad profesional, las austeridades de situación, las togas incorruptibles, consuela entrar en una alcantarilla y ver el fango a que se ha reducido todo eso.

Además, enseña”. [2]

 

Víctor Marie Hugo (1802-1885)

 

El origen etimológico de cultura, proviene del latín: cultivo, que se extendió para denominar a todo lo que, de alguna manera, se genera con algún grado de intervención humana.

Todos nos desarrollamos en una cultura a la que también intervenimos en su construcción con aportes de muy distinta magnitud y relevancia. Es un proceso dinámico por excelencia, con luces y sombras, aparentes períodos de sosiego y otros de convulsionados cambios.

En ese contexto, la condena social conlleva el sentido por el cual un sector de miembros de una cultura determinada rechaza alguna cuestión, a veces con su correlato jurídico y otras más allá del mismo; frecuentemente las apariencias generalizadas producen flagrantes contradicciones en las que conviven sin aflicción alguna, las verbalizaciones que rechazan y los hechos agraciados como, por caso, la corrupción y sus burdas exteriorizaciones en fortunas con claros orígenes que lejos están de ser el producto del declarado trabajo cotidiano.

Asimismo, los valores culturales predominantes son determinantes en la elaboración de las prioridades que caracterizan a cada comunidad: eso se aprecia claramente con sólo observar dónde están puestos los focos principales y lo que se ha dejado de lado o en muy segundo plano. ¿Cuáles son los temas que nos preocupan? ¿Cuáles son las noticias más leídas en un periódico? ¿Cuáles son las cinco prioridades principales en los debates de las campañas electorales?

La literatura y las artes en general, en muchos casos, reflejan los valores, los disvalores, los usos y costumbres, de las cuestiones que resaltan, dejando notables testimonios aun cuando sea necesario entreverlos en la ficción, la imaginación creativa, en la simbología o en la ausencia de la misma.

Con respecto a la situación apremiante de los afluentes cloacales sin el adecuado e integral tratamiento, por ejemplo, el escultor Santiago Pastorino Cané (1962), el 30 de julio de 2011, llevó adelante una instalación artística efímera con cuatro inodoros próximos a la costa marítima de Ushuaia, bajo la denominación: “Cagar acá”, que contribuyó al movimiento ciudadano sobre la materia cuando impulsó un 

proceso judicial en tal sentido, resultando un avance significativo en el proceso de resolución del problema, aunque aún falta mucho.

El prolífero escritor británico Ken Follett (1949), en su obra más consagrada Los pilares de la Tierra (1989), en sus 1.400 atrapantes páginas, describe, principalmente, partes de las peripecias de diversas construcciones como algunas catedrales, castillos y casas familiares, entre 1135 y 1174. [3]

En esa novela, a pesar de los muy numerosos detalles edilicios, son relativamente pocas las referencias a los servicios sanitarios y a los sistemas cloacales pues eran casi nada relevantes en esa época, ya que se utilizaban los ríos y otras vertientes, los atrios de las iglesias, las letrinas públicas y los descampados en general; recordemos que la mayoría de la población se bañaba una vez por año o a lo sumo dos cuando acontecía algún esporádico hecho trascendente.

Únicamente los nobles muy ricos y las poderosas autoridades eclesiásticas tenían acceso a un escusado propio, que vertía en alguna fuente de agua donde el resto de la población hacía uso, más abajo, para beber, lavar e higienizarse.

Es claro, hace casi nueve siglos la pobreza incluía también estar excluidos de los servicios sanitarios y habitar en suelos altamente contaminados, situación que se revertía cuando la población poseía mayores recursos económicos y políticos, aunque las asiduas pestes castigaban a todos por igual aunque comenzaban con los más débiles y sin capacidad de incidencia en las políticas públicas.

Eso fue hace casi novecientos añosQue cada uno se coloque el sayo que le quepa en el siglo XXI.

 

[1] Invitado ha dado conferencias en casi todos los países de América y el Caribe.

[2] Hugo, Víctor. Los miserables. Planeta. Página 1223. Barcelona, España. Enero de 1986.

[3] Follett, Kek. Los pilares de la Tierra. Editorial Debolsillo. Cuarta edición. Barcelona, España. Abril de 2008.

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