Miércoles 24 de Abril de 2024

OPINIÓN

8 de noviembre de 2015

Apuntes Ciudadanos: Campañas en chiste VI

Alejandro Rojo Vivot (1) sigue profundizando como el humor de una pelicula popular Argentina, puede introducirse y sirven para realizar reflexiones y debates en la actualidad que valen la pena profundizar día a día.

Foto de A. Rojo Vivot Tapa revista Caras y Caretas 17 de octubre de 1903

 

“Cuando un chiste nos hace reír no estamos en las mejores condiciones para investigar su técnica, y se nos hace difícil llevar a cabo un penetrante análisis”. [2]

 

Sigmund Freud (1856-1939)

 

El 18 de junio de 1981 Aires estrenó en Argentina “Las mujeres son cosas de guapos”, escrita y dirigida por el prolífero Hugo Sofovich (1939-2003), donde actuaron, entre muchos, Luisina Albinoni, Pepita Muñoz, Moria Casán, Susana Giménez, Coco Legrand y Raúl Ricutti, ambientada en una zona rural de 1930, con generalizada crisis de las economías regionales y una muy nefasta manipulación política para que los grupos en el poder, que hacen ostentación de riquezas, venalmente se sustenten ninguneando la voluntad popular expresada en los comicios, mediante prácticas feudales de un caudillo local y el empleo de serviles guapos malevos que acatan reverencialmente, ejerciendo con violencia patotera, asesinatos, extorsiones, trata de personas, aplaudidores con genuflexión, compra de votos, emitiendo discursos altisonantes vacíos de contenido, clientelismo con dineros de los contribuyentes, explotación de la prostitución al amparo de la policía, sustracción de documentos de identidad, traslado de personas de muy bajos recursos económicos de otras jurisdicciones, etcétera.

En una de las tantas escenas de antología humorística, en una mesa electoral su presidente descalifica a un votante pues es “la cuarta vez en el día que se presenta con distintas identidades” avaladas por documentos de otras personas, el puntero cómplice lo califica de un “fanático del civismo”; entonces un policía lo interroga para que declare quién es el responsable de la ilícita maniobra y cuando está por formular la denuncia cortan la luz asesinándolo descaradamente; luego explican que murió de un infarto por lo que la evidente herida sangrante en el pecho es señal de su orificio de salida y que el fuerte estampido escuchado por todos fue producto de cuando reventó la aorta. También reemplazan una urna para incluir otra preparada de antemano con el 100% de votos favorables al partido conversador del compadre del patrón en detrimento absoluto al partido verticalista, que luego es impugnada por el evidente timo, aunque así se ofenden irónicamente en la Catedral de la democracia hecha a medida de unos pocos: “yo pacto con el fraude no con el cuchillo”, mientras se auto victimizan cuando se hacen evidentes sus embrollos espurios como la desaparición de boletas, inclusive que el cuarto oscuro es inválido pues está iluminado; se propone impugnar el proceso y llamar a un nuevos comicios.

También hay algunas reacciones ciudadanas mientras otros se debaten en la opaca resignación callándose lo que viven flagrantemente, con relativa 

insuficiencia de hecho buscaban generar condiciones de desarrollo democrático de calidad; otros suponen que el mundo es de los piolas en desmedro de los giles.

La trama concluye con improvisados candidatos inventados de apuro (Porcel y Olmedo) que mezclan el juramento de los tres mosqueteros con las tres pirámides de Colón, mientras proponen desinvertir fuertemente en educación afectando esas partidas a mejorar las cárceles por si la Justicia los condena.

Recordemos que la película de 1981 está ambientada en 1930, que luego el país vivió nefastas dictaduras y numerosas experiencias democráticas con sus luces y sombras, hasta bien entrados en el siglo XXI. Las reflexiones y debates actuales son absolutamente pertinentes y valen la pena profundizarlos

 

[1] Autor del libro humorístico Aquel; inédito

[2] Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Tomo I. Página1053. Madrid, España. 1973.

 

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