25 de enero de 2017
Se hizo la luz en La Esperanza

Después de tres años volvieron a iluminarse las calles y accesos al paraje. Personal de Servicios Públicos respondió a un pedido de vecinos, que de noche tenían que usar linternas para caminar en la zona.
Casi sin darse cuenta y con el correr del tiempo, el paraje La Esperanza se fue quedando a oscuras. Ya sea por extinguirse su vida útil o por ser víctimas de los frecuentes picos de tensión, una a una las luminarias del alumbrado público se fueron quemando hasta ya no quedar prácticamente ninguna funcionando.
Hace tres años que los habitantes de ese paraje equidistante entre Río Gallegos, Río Turbio y El Calafate caminan a oscuras en las calles y a la vera de la ruta. Cuenta el vecino Cipriano Escalante que principalmente en invierno, con muchas horas de oscuridad, cuando los vecinos salían de sus casas iluminaban su paso con una linterna, ya que no se veía nada.
Luego de cumplir el objetivo de instalar un cartel con el nombre del paraje dándoles la bienvenida a los viajeros que pasan por el lugar, un grupo de vecinos decidió encarar el próximo objetivo: que vuelva el alumbrado público a La Esperanza.
Con esa idea fueron a Río Gallegos y pudieron reunirse con directivos de Servicios Públicos SE, a quienes transmitieron la situación. “No reclamamos, pedimos”, dice Cipriano. “Pedimos y esperamos”, agrega.
Desde la empresa provincial les explicaron de las dificultades presupuestarias que atraviesan, pero les prometieron una respuesta favorable, que tardó unos dos meses en llegar. Demora que se extendió por el ininterrumpido viento que durante semanas viene azotando la zona.
Pero ayer martes el día se presentó ideal, sin viento. Esto fue aprovechado por SPSE, quien envió a dos operarios con un camión. Todo el día trabajaron sobre el elevador del vehículo, recorriendo cada poste de luz para cambiar un foco quemado por otro nuevo.
“Hasta que anocheció cambiaron el 90 por ciento de las luces”, dice Escalante a Ahora Calafate. Solo les faltó algunos en la zona de la ruta, La estación de servicio y el hotel restaurante. El resto del paraje recuperó el alumbrado público.
Muchos de los que leen estas líneas pensarán que es una tontería, y en cierta forma puede ser. No debería ser noticia cambiar luces quemadas por otras nuevas. Pero es evidente la situación de precariedad que atraviesan los servicios públicos en la provincia. El Calafate es prueba de ello y las luminarias sin luces se cuentan de a docenas, por toda la localidad.
Pero para el puñado de santacruceños que viven en La Esperanza no es menor lo que sucedió ayer. Ellos saben que están relegados con respecto a otros co-provincianos, no tienen redes de gas cuando están parados sobre los yacimientos más importantes. Viven a metros de la estación transformadora de extra alta tensión pero son abastecidos por un inestable tendido que viene del yacimiento María Inés.
Buscan ser una comisión de fomento y el proyecto de ley en tal sentido está cajoneado en la Legislatura.
Por eso más allá de que se hizo la luz en sus pocas calles, para los habitantes de La Esperanza fue importante lo de ayer porque atendieron favorablemente su pedido.
Y esto motiva a un grupo de vecinos, que ya piensa en el próximo objetivo para su pueblo. “No queremos comentarlo hasta que se haya concretado”, se disculpa Escalante, pero asegura que ya van a poner todo el esfuerzo para conseguirlo. Y esperan otra respuesta favorable.
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