Ivana caminaba con su hermana. Era alrededor de la una de la mañana y dejaba la avenida del Libertador para subir por la calle 1ro de Mayo, pasando por el frente del parque Belgrano. En el trayecto, las jóvenes percibieron que un joven mayor caminaba detrás de ella. Sospecharon que la seguían pero para ellas era solo una ocurrencia.   Según denunció la muchacha de 21 años, fue de repente cuando el flaco de gorrita visera, piel blanca y jeans claro, le arrebató el celular y salió corriendo.   La joven hizo la denuncia ante la policía local, contando los pormenores y describiendo que el celular robado era un Samsung Gran Prime, valuado en unos 7 mil pesos.   No pasó mas de una semana y la chica vio al ladrón. Mientras ella comía en un local del centro, vio pasar al ladrón. Vestía de la misma manera y lo reconoció también por su rostro.   Luego de llamar a la policía, hasta esa zona de la avenida del Libertador llegó una patrulla policial. Los efectivos uniformados comenzaron a buscar al joven, al que encontraron a pocas cuadras, sobre la misma artera.   Los policías interceptaron al joven, y lo demoraron. Entre sus pertenencias tenía un teléfono celular similar al que le habían robado a Ivana días antes.   A la chica los policías le pidieron que de tener forma, acreditara la propiedad del teléfono que había denunciado como robado. Presentó los comprobantes de la compra donde consta también el IMEI, la identificación del equipo.   Ya en la comisaría y con autorización de autoridades judiciales, los policías revisaron el teléfono que tenía el hombre, resultando ser el  robado a la joven.   De 23 años el joven quedó detenido a disposición del juzgado de instrucción del juez local Carlos Narvarte. Permaneció en esa condición un día, después fijó domicilio y recuperó la libertad.