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7 de noviembre de 2018

Santa Cruz tiene un nuevo Monumento Histórico Nacional

Es la ex Barraca Amberense, hoy sede de Fundacruz. Tradicional edificio de madera y chapa que fue traída desarmado desde Europa a Río Gallegos.

A través de un decreto presidencial (N°1026/2018) publicado hoy en el Boletín Oficial, se declara Monumento Histórico Nacional al edificio de la ex BARRACA AMBERENSE, ubicado en la calle Gobernador Lista Nº 60, de la Ciudad de Río Gallegos.

El histórico edificio, que ya desde 2004 era monumento histórico municipal, y patrimonio cultural de la provincia, ahora recibe la máxima distinción  y protección como monumento histórico nacional, por su significancia en la historia de Río Gallegos.

El decreto afirma que en las dos últimas décadas del siglo XIX nuestro país se incorporó definitivamente al mercado internacional como proveedor de materias primas, pues la demanda de productos agropecuarios, la incorporación de nuevas tierras, los cambios operados en el sistema productivo y la necesidad de ejercer un control efectivo en la región austral, estimularon el crecimiento poblacional.

A partir del año 1890, el crecimiento demográfico -producto fundamentalmente de la inmigración europea- produjo una completa ocupación del ámbito rural, desarrollándose actividades comerciales y bancarias como complemento de la ganadería.

Hacia el año 1900 las manzanas linderas a la costa estaban ocupadas por galpones de acopio de mercaderías, entre ellos la denominada BARRACA AMBERENSE, propiedad de los señores George y Cristian Kreglinger.

La Barraca –donde se recibían y comercializaban productos manufacturados- está íntegramente construida en madera y chapas de zinc, y tiene dos plantas y sótano, conectados por una escalera central de dos tramos.

El edificio llegó en barco de Europa –probablemente del Reino de Bélgica- desarmado en piezas numeradas y se armó en el sitio de su actual emplazamiento, sobre la margen sur de la ría del río Gallegos.

Con el tiempo fue sede de la Aduana de la Ciudad de Río Gallegos y, desde su refuncionalización, en el año 1992, funciona allí la Casa de la Cultura. Gracias a la familia Raciatti, quienes se ocuparon de restaurarlo respetando al detalle el diseño original. Allí funciona actualmente Fundacruz.  

Tras analizar el expediente y solicitud formal la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, aconsejó su declaratoria como Monumento Histórico Nacional, algo que se concreta hoy con la firma del decreto presidencial.

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