Miércoles 24 de Abril de 2024

OPINIÓN

18 de octubre de 2015

Apuntes Ciudadanos: Campañas en chiste III

Alejandro Rojo Vivot (1) sigue haciendonos pensar sobre el humor como una gran herramienta de Inteligencia Humana que en todos los siglos sigue siendo algo importante en nuestro día a día.

Foto: A. Rojo Vivot Tapa urna electoral de madera, con llave de seguridad. Catamarca, 1920 aproximadamente

 

La pasión de la risa no es más que un repentino resplandor que surge en nosotros por la súbita concepción de alguna excelencia en nosotros mismos en comparación con la inferioridad de otros o con nuestra propia inferioridad anterior”.

 

Thomas Hobbes (1588-1679)

 

El humor sigue siendo reconocido, en forma indubitable, como una expresión de la inteligencia humana, que ni los dictadores más crueles y los regímenes autoritarios han podido enterrar, ya que siempre, los autócratas y absolutistas algún día caen o se van diluyendo hasta desaparecer.

En sistemas democráticos opacos, frecuentemente, es relativamente fácil apreciar la luz del humorismo que, sobre todo, ilumina las reflexiones cotidianas. La política honesta aplaude el humor, por crítico que sea, pues es inteligencia y plasticidad intelectual en acción.

En 1981 el francés Michel Gérard Joseph Colucci (Coluche) (1944-1981), el bufón de la República, se presentó a candidato a Presidente de su país en las elecciones de 1982. Su Plataforma, como fue toda su vida activa, estuvo basada en los derechos sociales, en la participación de los propios involucrados ubicando en su lugar a los tecnócratas, siempre próximo a los grupos humanitarios, presentándose como un antipostulante que exponía sus propuestas haciendo reír, inclusive en su bregar para acabar con el racismo muy vigente en su época y hoy en día; en algunos casos, escandalizaba: “siempre grosero, nunca vulgar”, “la grosería es un arma de la simplicidad y las cosas divertidas tienen que ser simples” pero, frecuentemente, logrando que la gente reflexionara aunque sea por contraste de lo que proclamaban los otros adversarios serios con permanentes sonrisas estereotipadas y falaces. Desde sus inicios en los bohemios incipientes café-chantant, caf'conc, café concert, kafeşantan, kafé-shantán, café cantante, etcétera, hasta su fama estelar luego de haber protagonizado 27 películas, llenado teatros y vendido millones de discos, su humor fue el mismo como sus convicciones políticas; cuando las unió emprendió una carrera relevante.

Fue célebre su maratón televisiva en la cual recaudó dinero suficiente para distribuir gratuitamente, durante todo un invierno, 65.000 raciones de comida a los pobladores más pobres, sin otra condición.

Su perspicaz cometido político consistió en lograr ser una alternativa diversificando las opciones democráticas de los electores y lo estaba logrando.

"Me presenté como candidato poco serio a las elecciones porque entonces Francia estaba dividida en dos y yo quería que se doblara en cuatro. Además, “en el fondo más vale votar a un tonto más que a alguien que te toma a ti por tonto". Con su gran carisma y popularidad trabajó intensamente en los suburbios y en 

diversas ciudades de su país, logrando mejorar sus posibilidades electorales además de seguir siendo exitoso como humorista y cómico.

Un solo ejemplo de los muchísimos que nos legó: "Este es un tipo, más bien árabe, que se da cuenta de que le han robado la documentación. Se acerca a un policía, le explica lo ocurrido y le pregunta donde está la comisaría más próxima para presentar la denuncia. El policía le mira y exclama: ¡a ver, tu documentación!”.

Su carrera como cómico y político se interrumpió un año antes de las elecciones pues falleció en un accidente vial, pero quedó también en los registros que en ese momento ya había acumulado un en nada desdeñable 16% de intención de voto y muchos oponentes nerviosos.

[1] Desde 1970 ha colaborado con entregas humorísticas en varias publicaciones periódicas.

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