Viernes 19 de Abril de 2024

OPINIÓN

14 de agosto de 2016

Apuntes Ciudadanos: ¿CUANTAS VECES SUCEDERÁ?

Alejandro Rojo Vivot (1) nos hace reflexionar sobre nuestra vida cotidiana, donde el humor es una herramienta más que importante en el día a día, y también lo mucho que nos falta trabajar en temas de discapacidad en nuestras sociedades. Por eso la politica hace sus aportes pero hay que seguir trabajando mas. HUMOR, POLÍTICA y AFINES XXXVII.

Ilustración: A. Rojo Vivot y Rafael Durante. DisHumor. Editorial Dunken, Buenos Aires. Tres ediciones

 

“Los interesantes de la condensación con formación de sustitutos, que se ha revelado como el nódulo de la técnica del chiste verbal, nos orientaron hacia la formación de los sueños, en cuyos mecanismos han sido descubiertos los mismos procesos psíquicos. Igual orientación nos marcan también las técnicas del chiste intelectual: desplazamiento, errores intelectuales, contrasentido, representación indirecta y representación antinómica, que, juntas o separadas, retornan en la técnica de la elaboración de los sueños”. [2]

 

Sigmund Freud (1856-1939)

 

La vida cotidiana entrecruzada de prejuicios, que también se encuentran en los poderes públicos y en el ejercicio de la política, hace mucho más difícil el desarrollo individual y social, sobre todo la de los que menos tienen, presentan características peculiares más allá de los opacos promedios de la mayoría de la población, servicios públicos que, a veces, complican en vez de simplificar invirtiendo la carga recargando a los habitantes, etcétera.

El humor practicado, asiduamente, contribuye a identificar lo absurdo inclusive cuando es tomado como verdad incontrastable; por suerte.

“Mi padre pensaba que yo era tonto, y yo creía que en verdad era un idiota.

En la escuela no me defendía bien. Siempre era el último de la clase. Tenía la impresión de que no caía bien a mis profesores y que mi padre creía que era tonto: ʻmi hijo se pasaba la mayor parte del tiempo en el sótano. Nunca jugaba con los demás chicos de la vecindad. En ese aspecto no se puede decir que fuera un niño normal. (…)

Desde que tenía doce años no he vuelto a oír el canto de los pájaros (atribuible a la escarlatina y, posiblemente, a golpes que de niño recibió en la cabeza por la violencia de algunos de adultos). (…)

“En mi interior fue creciendo una aversión por las matemáticas de la que nunca logré recuperarme”. (Por su carácter, en un año cambió cuatro veces de residencia y trabajo).

En mi aislamiento tenía tiempo para reflexionar sobre las cosas. (….)

(De joven, frecuentemente, a la hora de haber cobrado su sueldo, tenía que pedir un préstamo. Ya mayor la discapacidad auditiva se fue agravando por lo que, a veces, por su carácter, cualquier discusión se convertía en un griterío; también fue calificado por un docente de estéril e improductivo.).

Hasta aquí parte de las anotaciones biográficas recogidas por el científico alemán Fritz Vögtle (1939). [3] ¿Conseguiría trabajo alguien con esos  antecedentes? Quizá, aún en el siglo XXI, hasta habría quién obligaría a un niño con semejantes características personales a concurrir a una segregada escuela especial como única alternativa pedagógica; una opinión familiar distinta, casi seguramente, generará un largo y engorroso proceso en defensa de uno de los derechos humanos: los padres tienen el derecho a elegir el tipo de educación que desean para sus hijos.

Nos estamos refiriendo al extraordinario estadounidense Thomas Alva Edison (1847-1931) que, a lo largo de su fructífera vida inventó o perfeccionó gran parte de los elementos que empleamos cotidianamente para comunicarnos, escuchar música, iluminarnos, voto electrónico parlamentario, etcétera. Patentó más de 1.200 de sus descubrimientos y adecuaciones tecnológicas.

Cuando falleció, como homenaje póstumo, varias ciudades apagaron por un minuto el alumbrado público que él había desarrollado. En octubre de 1979, la prestigiosa revista Time se preguntó “¿Dónde está Edison, ahora que te necesitamos?”.

Desde luego que la política también hace importantes aportes; y eso no es chiste.

 

 [1] Director de Promoción y Desarrollo, Municipalidad de Ushuaia, Provincia de Tierra del Fuego. (1997-2001).

[2] Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Página 1076. Madrid, España. 1973.

[3] Vögtle, Fritz. Thomas Alva Edison. In Selbstzugnissen und Bilddkumenten. Rowohlt, Hamburgo. (1982).

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