Martes 19 de Marzo de 2024

OPINIÓN

30 de octubre de 2016

Apuntes Ciudadanos: LA LEYENDA NEGRA

En esta oportunidad, Alejandro Rojo Vivot (1), nos hace reflexionar sobre el uso del humor en distintos momentos de la humanidad hasta nuestros días. El humor y la imaginación se uso en los distintos siglos como ahora en el siglo XXI. HUMOR, POLÍTICA y AFINES XLVII.

Foto: A. Rojo Vivot Tapa revista Caras y Caretas (Semanario publicado entre 1898 y 1941), Buenos Aires, 10 de junio de 1933

 

“(La elaboración de chistes) No se halla a disposición de todo el mundo, y, ampliamente, sólo a la de contadas personas, a las que caracterizamos diciendo que tiene ʻchisteʼ. En este sentido se nos muestra el ʻchisteʼ como una especial capacidad pertenenciente a la categoría de las antiguas ʻpotencias del almaʼ, pero casi por completo independiente de las restantes: inteligencia, fantasía, memoria, etc. Deberemos, pues, suponer en los sujetos chistosos especiales disposiciones o condiciones psíquicas que permiten o favorecen la elaboración del chiste. Temo que no nos ha de ser posible profundizar mucho en este punto”. [2]

 

Sigmund Freud (1856-1939)

 

En situaciones de confrontación, a veces, el humor es empleado como parte de las estrategias que, sin magnificarlo, cumple una función destacada sobre todo cuando la calidad está presente.

Las caricaturas, las exageraciones incluidas poco creíbles fuera de ese contexto, las parodias y, por caso, el ridiculizar, son formas del ejercicio humorístico que, a veces, buscan afectar a las personas, autoridades, políticas, estereotipos, etcétera, con algún grado de relevancia. Como mucho, circunstancialmente, menguando al otro, sin que existan pruebas fehacientes que puedan ser causas determinantes.

Además, si el escenario se puebla de efectos humorísticos de distintos signos, frecuentemente, se contrabalancean mientras los demás se ríen de unos y otros.

Por otro lado, sobre todo comenzando a partir de fines del siglo XV, se amplió notoriamente la ejecución de las políticas colonialistas por parte de varios países europeos: Holanda, Inglaterra, Francia, España, Portugal, Italia, etcétera.

Las pujas fueron por el dominio territorial, la coacción extrema de los pueblos originarios, la extracción ilegítima de los recursos, la implantación del trabajo esclavo, la eliminación de centenares de miles de seres humanos inclusive niños y ancianos, la desculturalización obligatoria como una forma más de dominación, etcétera; también incluía a los mares que unían tierras tan lejanas.

Asimismo competían en cuanto a la magnitud de las aberraciones cometidas, enarbolando estandartes nacionales, engaños sistemáticos mediante promesas amparadas en preceptos religiosos, etcétera.

En tal sentido, se realizaron alianzas con comerciantes y vándalos que coincidían en el interés por el lucro imponiendo la fuerza a los más débiles. Algunos países otorgaron patentes de corso a emprendedores privados que saqueaban a su provecho, abonando un canon, en nombre de los poderes públicos con los que habían negociado. Cabe recordar, por ejemplo, que lo dispuesto en 1853, la Constitución de Argentina lo mantuvo hasta 1994: “Corresponde al Congreso: Conceder patentes de corso y de represalias, y establecer reglamentos para las presas”. [3] La Constitución de 1949 lo derogó y la de 1957 lo restituyó. ¡No es chiste!

Poco a poco, en los siglos XVIII y XIX comienzan a elevarse algunas voces denunciando las atrocidades del colonialismo, lo que algunos autores lo denominaron la leyenda negra, aunque otros afirman que no existió como un proceso. También los competidores comerciales de igual calaña, además redactar una leyenda blanca para sí mismos, atribuyeron a los contrincantes hechos vandálicos y brutalidades de todo tipo.

El humor y la libre imaginación, en esa época, también hizo lo suyo como, por caso, el prolífero editor, escritor y dibujante holandés Johann Theodorus de Bry (1528-1598).

Por otro lado, en el Siglo de Oro español encontramos las risueñas quintillas, de estricta elaboración en cuanto a la métrica y la rima. [4]

La propaganda y la contra propaganda de las políticas llevadas adelante en el siglo XVI se sirvieron del humor y muy poco de la verdad; quizá como, con cierta frecuencia en el siglo XXI.

 

 [1] Becado realizó el Curso de Política Empresaria. Fundación Galileo y Colegio de Graduados en Ciencias Económicas, Buenos Aires, Argentina.

[2] Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Tomo I. Página 1107. Madrid, España. (1973).

[3] Argentina. Constitución. Artículo 67, inciso 22.

[4] Cinco versos de ocho sílabas que no pueden tener la misma rima dos versos seguidos, ni acabar sin que alguno no integre una de las escritas.

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